Conoce a Crimson
¡Gracias! Debido a su generoso apoyo, cada año más de 650 jóvenes LGBT son atendidos a través del programa Hatch Youth del Centro Montrose.
Crimson comenzó a ir a Hatch Youth el día que se escapó de casa. Después de años de abuso y la negativa de sus padres a aceptar que es transgénero, Crimson sabía que tenía que irse. Tenía 16 años.
Ahora con 19 años, Crimson está entusiasmado con el futuro y dedicado a ayudar a los demás. Dice que Hatch es la razón por la que está aquí hoy: "No exageraría decir que Hatch me salvó la vida".
Nos sentimos honrados de ser parte de su viaje. Siga leyendo para escuchar la historia de Crimson, en sus propias palabras...
La vida antes de la eclosión de la juventud
Al crecer, toda mi vida fue un campo de "desgaización". Los domingos mi casa se convertía en iglesia. Irónicamente, el lugar donde esperas encontrar el cielo es exactamente donde encontré mi propio infierno.
Como parte del ministerio de mis padres, les decían a otros miembros de la iglesia cómo criar a sus hijos. Creían que, para que los niños fueran buenos, tenían que ser golpeados. “Mira lo bien que se porta Crimson”, decían.
Me asustó porque no quería que ningún niño fuera criado como yo. Me sentí como si estuviera en prisión. Podía sentir las paredes cerrándose. Como si mi propio ser estuviera cerrado.
Cuando tenía unos 16 años, le escribí a mi mamá una carta de 15 páginas explicándole que era trans. Cuando lo leyó, se rió. Ella me dijo: "No, no vas a hacer esto".
Un día, mi madre insistió en que usara falda. Rechacé. Ella me abofeteó. Cuando seguí hablando, ella me abofeteó una y otra vez.
Llamé a mi amiga y le conté todo lo que había pasado ese día. También le conté sobre el abuso sexual que había estado experimentando por parte de un familiar residente.
Mientras le decía, mi padrastro cortó mi teléfono. Salí a buscar mi bicicleta, que estaba bloqueada, y no pude encontrar la llave.
Estaba atrapado.
Gracias a donantes como usted, los habitantes LGBT de Houston nunca están solos. Los jóvenes y las personas mayores construyen sólidas redes de apoyo entre pares a través de Hatch y SPRY, y la ayuda siempre está disponible en la centralita LGBT.
Me sentí desesperado. Desesperado por ser yo mismo. Sufría de depresión y trastorno de estrés postraumático. Pude obtener asesoramiento y medicamentos. Pero yo seguía siendo un recluso. Me encerraba en mi habitación y no hablaba con nadie ni hacía nada. Fue terrible.
Con frecuencia pensaba en usar mi medicación antidepresiva para acabar con mi vida.
Casi la mitad de los jóvenes transgénero han pensado seriamente en quitarse la vida. Hatch Youth nunca ha perdido a un joven por suicidio.
La vida con Hatch Youth
La gente no se da cuenta de que cuando entras en Hatch, no solo vas a un programa. Estás aprendiendo una práctica. Estás aprendiendo a ser una mejor persona. Estás aprendiendo a manejar todos tus problemas. Estás aprendiendo sobre la humanidad en su núcleo. Cómo aceptarte a ti mismo.
Una vez que aprendes a aceptarte a ti mismo, no solo puedes aceptar a otras personas, sino que puedes aceptar todo lo que te rodea. Cada situación es algo que puedes asumir.
Cuando tenía 17 años, me mudé a un apartamento solo. Tenía dinero de mis amigos. Tenía dinero desde mi cumpleaños. Tenía comida de Hatch. Tenía calcetines de Hatch. Cualquier cosa que necesitaba, Hatch se lo proporcionaba.
Recuerdo haber ido a Hatch Prom por primera vez. Fue increíble. Nunca había estado en un lugar donde pudiera ser yo mismo.
Mi mamá quería que usara estos pantalones femeninos y fluidos con tacones. Ella quería una foto como prueba, así que me la puse y le pedí a mi amiga que tomara una foto. Luego me lo quité y me puse el esmoquin que Hatch proporcionó. Más tarde esa noche, fui votado Príncipe del Baile de Graduación.
El Centro Montrose empodera a las personas LGBT para disfrutar de vidas más saludables y satisfactorias. Los servicios para personas transgénero incluyen apoyo entre pares, terapia, servicios de VIH y recuperación, y actividades de bienestar.
Un mentor voluntario de Hatch me dijo recientemente: "Cuando empezaste en Hatch, estabas encorvado. Tus ojos estaban molestos y mirabas hacia todos lados. Estabas asustado. Ahora, te estoy mirando, y eres un joven fuerte y seguro, que es mucho más feliz".
Tuve que detenerme y mirar hacia atrás. Sí, he recorrido un largo camino.
La vida después de la eclosión de la juventud
No exageraría si dijera que Hatch me salvó la vida. Me ayudó a guiarme en una dirección completamente diferente. Me dio una mentalidad completamente diferente. Conocí amigos, familiares y personas que nunca hubiera tenido.
Sin Hatch, me habría rendido hace mucho tiempo.
Si no fuera de la peor manera imaginable, entonces estaría trabajando todos los días, todo el día, tratando de sobrevivir. Lo veo todo el tiempo con mis amigos. No están llegando a ninguna parte. Trabajan para pagar las facturas para llegar al próximo mes. Y no es vivir.
Un mentor en Hatch me hizo prometer que iría a la universidad. Ella me dijo: "La gente hoy en día necesita títulos. No te juzgaré si no lo haces, pero realmente creo que deberías hacerlo".
Eso realmente se me quedó grabado. Así que me quedé un año más en la escuela secundaria para un programa de becas de quinto año que me permitió obtener mi título de asociado.
Ahora soy estudiante en la Universidad de Houston. Ir a Hatch me ayudó a darme cuenta de lo que quiero hacer. Aprendí que compartir mi historia y dar consejos me ayuda no solo a mí, sino a otras personas. Y no me callaré.
Una vez que obtenga mi título, quiero obtener mi certificado de enseñanza. Quiero encontrar la mejor manera de ayudar a las personas, y la enseñanza parece ser un gran lugar para comenzar.
El Centro Montrose está creando una sociedad más saludable donde las actitudes y comportamientos hacia las comunidades LGBT son más positivos y afirmativos, y las personas LGBT pueden desarrollar su máximo potencial.
Con su ayuda, podemos continuar cambiando las trayectorias de las vidas de cientos de jóvenes de Hatch como Crimson.